tradiciones de huamanga libro pdf

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24 Sep

tradiciones de huamanga libro pdf

Un ejemplo de uso de imperativo categórico sería este: un agente que adopta la máxima de prometer en falso no podría «querer esto como ley universal». El problema de la parcialidad ¿En qué medida es esto convincente? Si tenemos que poner límites a la ética contractualista, tenemos que poner límites al tipo de razones a que podemos apelar al formular acuerdos y al tipo de condiciones en las cuales sc iorman éstos. No obstante, a Platón le resulta insuficiente incluso la forma de convencionalismo no escéptico de Protágoras. Pero este mismo carácter episódico y este mismo sesgo hacia la parentela subsisten en cierta medida (a menudo de forma muy poderosa) en toda la moralidad humana. All rights reserved. Las diferencias entre ambas posturas se reducirán normalmente a la medida en que se considera que los hechos subyacentes de la naturaleza humana configuran o limitan las conclusiones morales. Su teoría general del conocimiento (la «teoría de las formas») tiene mucho en común con la teoría de las ideas innatas. Como es poco lo que se gana de la cooperación con los débiles, y no hay que temer venganza alguna, el fuerte tiene pocos motivos para aceptar convenciones que ayuden a los débiles. La idea es que si postulamos un Dios benévolo, la virtud moral a que pueden aspirar los agentes libres puede ser compatible con -y, en efecto, proporcionada a- la felicidad a que aspiran los seres naturales. Así, formula el imperativo categórico de varias maneras, sorprendentemente diferentes. Como hemos visto, esta comprensión de la imparcialidad es propia de muchas teorías éticas no contractuales, v no son necesarios recursos especiales para expresarla. Lo cual por supuesto no la refuta. Hemos de concebirnos a nosotros mismos tanto como parte del mundo natural y como agentes libres. El origen de la humanida. Entre las principales figuras, sólo Epicuro identifica la eudaimonía con el placer; para todos los demás en principio es una cuestión abierta la de si el placer o el gozo es incluso una parte de la vida eudaimon. De ahí que las virtudes sean aquellos hábitos de acción que conducen a la consumación de la naturaleza racional del agente. La única función que concede a la racionalidad humana es la ilimitada función de encubrir -y a continuación adecuarse a- las funciones biológicas. Por la misma razón, algunos intentos de exposición son muy equívocos, normalmente por su tendencia a simplificar en exceso: es tentador escoger una versión del derecho natural y generalizar a partir de ella sus rasgos particulares, en la confianza de que es una buena representación. En segundo lugar es un procedimiento sólo para escoger las máximas que deben rechazarse para que los principios fundamentales de una vida o sociedad sean universalizables. Tras la introducción del término por San Jerónimo (347-420), los escritores de la Edad Media temprana y tardía denominaron syndéresis esta facultad innata de distinguir el bien del mal. En los animales no humanos, estos conflictos pueden zanjarse sencillamente mediante disposiciones naturales de segundo orden. El debate así iniciado sobre el significado del lenguaje moral y la posibilidad del razonamiento moral comenzó en los años treinta y duró varias décadas (véase el artículo 38, «El subjetivismo»). Al contrario que las anteriores discusiones sobre la moralidad, esta controversia parecía ser totalmente indiferente a las cuestiones sustantivas sobre qué principios o valores deben sostenerse. Pero esto no parece ser todo: sin duda yo no soy egoísta sólo porque me preocupe mas por mi propia salud que por la suya. Cuestión más compleja es la de la relación de los filósofos helenísticos con Aristóteles, y con Sócrates y Platón, pero no hay duda de que en general escribieron con un buen conocimiento de sus antecesores. 59-60). No obstante, aun concediendo la verdad del principio, no bastará su conocimiento para guiar a uno en la vida sin una capacidad más específica de distinguir los cursos de acción buenos y malos, y es ésta la capacidad que sigue la tradición de Santo Tomás en la identificación con la conscientia. En este sentido es muy diferente del concepto de «virtud», que ya señala un ámbito de investigación más o menos bien definido para el «filósofo moral» -la propia categoría de «moralidad». Pero como admite Rawls, son posibles otros supuestos sobre las disposiciones de las partes, en cuyo caso se elegirían otros principios. 14). 3. Aun siendo de fe católica, admitió que la mayoría de las personas no podían vivir de acuerdo con las normas cristianas. Esto significa que en la acción libre no podemos perseguir bienes naturales, ni adecuamos a leyes eternas o leyes impuestas por Dios, porque en todos esos casos estaríamos determinados por algo externo a nosotros mismos. Rawls afirma que «corresponde al estado de naturaleza de la teoría tradicional del contrato social» (1971, pág. ¿Proporcionan quizás, por así decirlo, la materia prima de la vida moral -las motivaciones generales que conducen hacia ella y la orientan mas o menos- precisando además la labor de la inteligencia y en especial del lenguaje para organizarla, para darle forma? Para hacer frente a estos contraejemplos aparentes, el egoísmo psicológico tendría que demostrar que son ilusorios. Varios factores contribuyeron a la reacción posmedieval contra la escolástica. El criterio de la imposibilidad lógica es la contradicción. ¿En qué medida parecen aptos estos rasgos de otros animales sociales para aportar material que pudiese llegar a formar algo como la moralidad humana? Normalmente esta idea se unía a otras dos que, en conjunto, proporcionaban una formulación teológicamente más aceptable del derecho natural como orden metafísico. Hegel señaló que el principio puramente formal de Kant precisa contenido, y afirmó que este contenido sólo puede proceder de las instituciones, vocabularios y orientaciones que la sociedad proporciona a sus miembros. Dado que éstas varían de una sociedad a otra e incluso en una misma sociedad cambian con el tiempo, el contenido del nomos era cambiante. Entonces nos resulta difícil ser crueles imaginariamente incluso con un lobo». Esta es una concepción instructiva, pues puede considerarse que muchos filósofos actuales han llegado a una conclusión similar: entre los filósofos morales contemporáneos hay considerablemente más acuerdo acerca de nuestra capacidad de discernir el bien y el mal que sobre la fuente, o incluso la realidad, de una razón suficiente para actuar en consecuencia. El interés de Grocio por rechazar el escepticismo se comprende con facilidad: en las relaciones internacionales se da más crédito que en la conducción de la vida individual al escepticismo moral, concebido como la creencia de que no existen normas morales para regir los conflictos entre las naciones o incluso, en sentido más fuerte, como que las «razones de Estado» invalidan las consideraciones morales ordinarias; en este ámbito, semejante concepción tiene una capacidad de daño considerablemente mayor. La ética de Kant y la imagen de su ética que a menudo sustituyen a aquélla en los debates modernos no agotan la ética kantiana. Así, la idea de contrato social parece o bien históricamente absurda si pretende identificar promesas reales, o bien moralmente irrelevante, si pretende identificar promesas puramente hipotéticas. En el mejor de los casos debo basar mi vida y acción en el rechazo de máximas no-universalizables, y llevar así una vida moralmente válida cuyos actos se realizan por deber; pero incluso si dejo de hacer esto al menos debo asegurarme de realizar cualesquiera actos que serían indispensables si tuviese semejante máxima moralmente válida. La máxima de rechazar la promesa en falso es una exigencia moral; la máxima de prometer en falso está moralmente prohibida. Este añadido parece indicar una mayor preocupación por la situación de la «multitud» que el aristocrático rechazo de Cicerón de las meras creencias populares; pero en los demás sentidos, la concepción de Santo Tomás es fiel a la formulación de Cicerón. El propio Finnis critica duramente esta versión. Ambas cuestiones siguen siendo apremiantes, y en los últimos siglos numerosos teóricos se han esforzado por responderlas de forma más literal y sistemática. Ambas teorías concuerdan en un aspecto central. Las Tradiciones de Huamanga se clasifican en cuatro grandes grupos: a) Tradiciones preincaicas, b) Tradiciones incaicas, c) Tradiciones de la … A pesar de estos puntos débiles, la teoría del contrato social tenía recursos que han atraído a los teóricos morales actuales. Hasta que se puso en cuestión esta idea, sólo parecían abiertas dos alternativas: o bien una concepción depresiva y devaluadora de los seres humanos como unos seres «no mejores que los demás animales» o bien una concepción puramente ultramundana de los hombres como espíritus insertados durante el proceso evolutivo en unos cuerpos apenas relacionados con ellos (véase Midgley, 4979, cap. Depende de lo que denomina el «argumento de la facultad pervertida», un argumento que considera absurdo (Finnis, 1980, p. 48). Los monarcas eran hombres y mujeres comunes que heredaban o usurpaban un cargo extraordinario. Por el contrario, los últimos criticaron la idea de que la ley de Dios es de hecho una «guía de usuario» para la vida humana, y mantenían que constituye una fuente de obligación independiente arraigada en la voluntad legisladora de Dios. Esta crítica señala que la ética de Kant identifica un conjunto de principios que pueden entrar en conflicto. Ahora bien, si la cuestión significaba simplemente «¿qué es una vida agradable?», carecería totalmente de interés, pues casi cualquier cosa puede encajar en esa descripción. Kant hace uso de la retórica cristiana tradicional v de la concepción del contrato social de Rousseau para 57 pergeñar la imagen de un «Reino de los fines» en el que cada persona es a la vez legisladora y está sujeta a la ley, en el que cada cual es autónomo (lo que quiere decir literalmente: que se legisla a sí mismo) con la condición de que lo legislado respete el estatus igual de los demás como «legisladores». Como hace posible la acción moral, esta «cualidad moral» puede concebirse como una especie de facultad o capacidad moral; y como tal dota al individuo de una significación moral independiente. Quizás esta búsqueda deriva, ante todo, de conflictos en el seno de la propia ética o moralidad (para los fines tan generales de este artículo no voy a distinguir entre ambos términos). WebAntonio Huachaca o Guachaca (San José de Secce, Huamanga, Virreinato del Perú) fue un campesino indígena realista que inicialmente luchó por la causa monárquica llegando a ostentar el rango de General de Brigada del Ejército Real del Perú. Platón dice mucho sobre el tipo de persona que deberíamos ser, y sobre el porqué (a grandes rasgos, porque ser así está en armonía con nuestra naturaleza como seres humanos y con la naturaleza en su conjunto) pero relativamente poco que nos pueda ayudar a resolver los problemas particulares a los que tiene que enfrentarse realmente en la vida la persona individual. Aunque los Padres no fuesen en sí pensadores especulativos, introdujeron en su ética teísta nociones de considerable importancia que reaparecen una y otra vez en la filosofía medieval y renacentista. Sin embargo, en sus formulaciones clásicas el derecho natural se concibe como la alternativa al escepticismo moral: es decir, como la alternativa a la concepción (con expresiones diversas) de que no existen respuestas correctas a las cuestiones morales sólo hay respuestas aceptadas, meras convenciones. No hay razones por las que esto no pueda ser igualmente cierto respecto a otros animales sociales. 2) En el pensamiento occidental del siglo XIX y comienzos del XX ocupó un destacado lugar la concepción según la cual la comunidad moral depende de las decisiones tomadas por separado por personas capaces de ver por sí mismas las exigencias morales. Su mito de origen es la Caída del hombre, que ha generado esa imperfección de nuestra naturaleza, del modo descrito -una vez más simbólicamente- en el libro del Génesis. Esto introduce la atención al estado mental del agente, en vez de a la acción como tal, e introduce la posibilidad de que si bien dos personas pueden realizar actos del mismo tipo, por ejemplo, cuidar a un enfermo, sólo una de ellas haría algo meritorio, en tanto que su motivo era el amor mientras que el de la otra era fariseísmo, es decir el deseo autocomplaciente de ser bien considerado. Sin embargo, el hecho es que todo lo que cualquiera de los tres filósofos cree que se «descubre», tanto mediante la interrogación, la introspección o la experiencia, tiene mucho que ver con la resolución de la tensión entre los valores cívicos e individualistas que antes identifiqué como rasgo básico de la sociedad griega de la época. - Zurrón-currichi. El estudio de los textos antiguos, al menos en el mundo anglosajón, constituye hoy día principalmente la labor de eruditos que son también filósofos, y que reconocen en ellos una relevancia y vitalidad inmediata que trasciende su época. La idea de contrato social se utilizó para limitar a los gobernantes políticos, pero el contenido y fuerza justificatoria de este contrato se basa en una previa teoría de los derechos de la cual el deber de mantener las promesas (véase el artículo 13, «El derecho natural»). En el Gorgias de Platón, Sócrates propone un análisis similar con respecto a la areté: al denominar «vergonzosas» las acciones injustas -sugiere- él y cualquier otra persona está diciendo implícitamente que hay una poderosa razón para evitarías (pues de otro modo el término «vergonzoso» seria un ruido carente de significado). El término nomos, del que derivan términos como «autonomía» (autogobierno), se refería a las prácticas vigentes en una sociedad, tanto las costumbres como las leyes positivas (es decir, aquellas leyes cuya existencia depende totalmente de la acción legisladora de los seres humanos). Las personas deben convenir unos principios de justicia bajo un «velo de ignorancia» -sin conocer sus dotes o incapacidades naturales, y sin conocer qué posición ocuparán en la sociedad. También esboza un programa todavía influyente para conseguir la paz internacional. Pero cuando esto sucede, es posible que estos rasgos se desarrollen y difundan mediante la «selección del parentesco», de una forma que no parecía imaginable según el modelo más antiguo y tosco que sólo contemplaba la competencia por la supervivencia entre individuos. Thomas Reid, el más conservador de los tres, suponía que la moralidad del sentido común contiene principios cuya verdad cualquiera puede ver intuitivamente y aplicar con facilidad. La posición original «representa la igualdad entre los seres humanos como personas morales» (Rawls, 1971, pág. San Agustín había afirmado que sólo tienen mérito aquellas acciones que se adecuan a la ley moral de Dios si se realizan con el motivo apropiado, es decir, el amor de Dios v un deseo de perfeccionarse a fin de acercarse a él. El más discutible de estos requisitos es que la razón práctica exige «el respeto de todo valor básico en cualquier acto». Desarrolla entonces las implicaciones políticas del imperativo categórico, que incluyen una constitución republicana y el respeto a la libertad, especialmente la libertad religiosa y de expresión. (ST, 1-II, Q.71, A.2C). Ricardo ... capitulero. Al contrario que la versión hobbesiana, el contractualismo kantiano sintoniza con estos elementos básicos de nuestra concepción moral común. Algunos afirmaban que no hay nada más gozoso que la virtud; otros decían que la virtud vale la pena porque sin ella no podemos obtener la ayuda en la prosecución de nuestros proyectos. Pero el reconocimiento de esto obliga sólo a tener cuidado en la aplicación del principio, y no a abandonarlo por completo. Por ejemplo, la actividad del tendero verdaderamente honrado puede no diferir de la del tendero honrado a regañadientes, que comercia equitativamente sólo por deseo de una buena reputación comercial y que engañaría si tuviese una oportunidad segura de hacerlo. También pensaba que en todos nosotros surge de forma natural un deseo desinteresado por observar estas normas, a partir de la consideración empática de los sentimientos de los demás. De los Padres de la Iglesia a la escolástica Los primeros orígenes postclásicos de la filosofía medieval están en el período patrístico del cristianismo, en los escritos de los Padres de la Iglesia. En particular, se aleja de la ciencia actual en dos cuestiones: primero, su noción de competencia fantasiosa e hiperdramatizada, y segundo, el extraño lugar predominante que otorga a nuestra propia especie en el proceso evolutivo. Por lo que respecta a este último, el estándar es, según se dijo, la conformidad con la voluntad de Dios. Puede encontrarse un examen adicional de estas formas de utilitarismo en el artículo 20 de este libro, titulado «La utilidad y el bien»). Una acción es buena porque es idónea, según la naturaleza de las cosas -una naturaleza que se debe al designio y creación de Dios. Al mismo tiempo, Platón lo describe como una persona que se comporta como si cualquiera pudiese descubrir su contenido, pues el Sócrates de los primeros diálogos -que, como he dicho, parece aproximarse más al Sócrates histórico- está dispuesto a debatir la cuestión con cualquiera. La mayoría de nosotros conocemos casos de personas que conscientemente ponen en peligro su salud, arriesgan su suerte terrenal, o incluso su vida, con la esperanza de conseguir una meta, como por ejemplo satisfacer los deseos (quizás extravagantes) de alguien hacia el cual sienten atracción o las necesidades de otra persona a quien aman o con la cual están comprometidos por otras razones, como cuando alguien dona un riñón a una hermana con la cual no se hablaba desde hace años, o sangre a alguien a quien ni siquiera conoce. Pero si no se consigue esto necesitamos reglas de prioridad, no sólo porque hacen más fácil la sociedad, ni siquiera sólo para hacerla posible, sino también más profundamente para evitar la recaída individual en estados de desamparo y confusión plagada de conflicto. Finalmente en nuestra época se ha estudiado sistemáticamente su conducta, con lo que se ha divulgado considerablemente la compleja naturaleza de la vida social de muchos pájaros y mamíferos. En ello ha tenido un papel nuclear la obra de John Rawls. La primera de estas nociones adicionales era la teoría platónica de que los entes y características individuales son muestras de formas ideales (eide), y son mejores o peores en su especie en la medida en que se aproximan o separan de estos paradigmas perfectos. Es común la defensa de los débiles por los fuertes, y hay numerosos ejemplos confirmados de casos en los que los defensores han entregado su vida. 12). 1. Hacia la autonomía Montaigne (1533-92) intentó demostrar que las ideas de la vida buena propuestas en la antigúedad clásica no sirven de guía porque la mayoría de las personas no pueden vivir de acuerdo con ellas. Sin embargo, la flexibilidad así conseguida no es totalmente una ventaja: evita un tipo de problemas pero acentúa otro. Pues si quisiese (hipotéticamente) hacerlo se comprometería con el resultado predecible de una quiebra tal de la confianza que no podría obrar a partir de su máxima inicial de prometer en falso. En este caso pierden una base sólida muchas de las tesis estándar de los iusnaturalistas clásicos. Sólo quienes han realizado el esfuerzo de abarcar la filosofía de Santo Tomás pueden apreciar adecuadamente la magnitud de su sistema y el alcance de su mente. En segundo lugar, los teóricos del contrato afirman que debemos obedecer al gobierno porque debemos mantener nuestra palabra, pero como señaló Hume, éstos «se ven en apuros cuando preguntamos ¿por qué estamos obligados a mantener la palabra?» (Barker, 1960, pág. Esta etapa comienza con los Ensayos de Michel de Montaigne (1595) y culmina en la obra de Kant (1785), Reid (1788) y Bentham (1789). En primer lugar está la ética de Kant, articulada por sus escritos de las décadas de 1780 y 1790. El programa ético reciente más definidamente kantiano ha sido el de John Rawls, quien ha denominado a una etapa del desarrollo de su teoría «constructivismo kantiano». Ha resultado mucho mejor atacarías en su propio terreno, sin las incapacitantes dificultades que supone adoptar un relato tan poco convincente como el de la teoría del papel en blanco. 13, págs. Pero una vez más en todas las moralidades humanas existentes esta transacción se manifiesta de forma bastante diferente, no tanto como un seguro de futuro sino como un agradecimiento justo por la amabilidad mostrada en el pasado, y como algo que se sigue naturalmente del afecto asociado. Kant afirma que la libre voluntad y la causalidad natural son compatibles, siempre que no se considere la libertad humana -la capacidad de obrar de forma autónoma- como un aspecto del mundo natural. Principios como «la imposición debe ser proporcional a la capacidad de pagar» o «el castigo debe ser proporcionado al delito» tienen un alcance universal pero exigen un trato diferenciado. Por obrar «motivado por el deber», Kant quiere decir sólo que obremos de acuerdo con la máxima del deber y que experimentemos la sensación de «respeto por la ley». 104). Los sentimientos morales son la aprobación y desaprobación y están orientados a los deseos y aversiones básicas que nos llevan a actuar. Un contrato puede otorgar igual consideración a cada una de las partes, pero sólo si se negocia desde una posición de igualdad, lo que en la teoría de Rawls se denomina la «posición original». Libro Completo Tradiciones PDF. Este dualismo tajante y sencillo fue importante para Platón y también para el pensamiento cristiano primitivo. 5. No es accidental que Bentham y su filosofía fuesen el centro de un grupo activo de reformadores políticos. WebCinco Esquinas Tradiciones de Huamanga Por los años de 1774, vivía en esta ciudad, un señor español de muchas campanillas, pues pudo haber sido un Conde o Marqués, por … Esta historia es de hecho la de la caída y refundación, como institución cristiana, del Imperio Romano. Los teóricos del contrato deseaban que su teoría avalase a los gobiernos justos (los gobernantes justos son aquéllos que mantienen sus promesas contractuales), pero la insistencia en un contrato real afecta por igual a los gobiernos justos como a los injustos. Cierto es que la sociedad humana dedica algunos recursos a los que están fuera, pero al hacerlo parte del mismo fuerte sesgo hacia la parentela que impera en las sociedades animales. Consultar stock antes de comprar. Rawls intenta rebajar la medida en que las personas en la posición original consideran las diversas vidas individuales en sociedad como otros tantos resultados posibles de una elección por autointerés, pero el recurso contractual fomenta esta perspectiva, y oscurece así el verdadero significado del interés imparcial. Para Kant siempre hemos de determinar lo que es correcto antes de poder conocer lo que es bueno. Así como antes se había entendido comúnmente la moralidad como el grupo de obligaciones creadas por las pautas de interdependencia de la vida social humana, a partir de ahora podía entenderse como el resultado de las transacciones voluntarias entre agentes morales independientes, con la implicación adicional tan característica (en particular) de las modernas teorías de los derechos: la significación moral de la persona individual en cuanto tal. El legado kantiano La ética de Kant sigue siendo el intento paradigmático y más influyente por afirmar principios morales universales sin referencia a las preferencias o a un marco teológico. Juan de Mata Peralta Ramírez. No es sorprendente que los existencialistas expresaran sus concepciones morales más a través de la literatura que de los estudios formales de ética. El pluralismo del Renacimiento y el declinar de la escolástica Occam fue el último filósofo de la edad de oro de la escolástica medieval. Pero contribuya o no, simplemente es una expresión de compromisos morales previos. Como tesis sobre la conducta sexual puede formularse del siguiente modo. Pequeña historia del derecho natural Normalmente se atribuyen a Aristóteles los primeros gérmenes de la ética iusnaturalista, pero también pueden encontrarse en los diálogos éticos y políticos de Platón que, a su vez, reflejan un debate más generalizado en la antigua Grecia, al que Platón y Aristóteles llegaron a ser los principales contribuyentes. San Anselmo escribe lo siguiente: «me parece muestra de negligencia si una vez lo hemos probado en la fe no nos esforzamos por comprender aquello en que creemos» (Cur Deus Homo, i, 2). De acuerdo con su concepción, las personas son «una fuente de exigencias válidas originada en sí misma» (es decir, que las personas importan, desde el punto de vista moral, no porque puedan dañar o beneficiar a los demás como en la teoría hobbesiana sino porque son «fines en sí mismas»). La imagen de la pirámide fue propuesta por J.B. Lamarck y desarrollada por Teilhard de Chardin y no pertenece a la ciencia moderna sino a la metafísica tradicional. Voy a denominar a los defensores de la teoría del beneficio mutuo «contractualistas hobbesianos» y a los defensores de la teoría imparcial «contractualistas kantianos», pues Hobbes y Kant inspiraron y prefiguraron estas dos formas de teoría contractual. Si en realidad hubiese habido una «guerra de todos contra todos» natural, nunca hubiese llegado a formarse la biosfera. Tan pronto añadimos a esto el sentido en que para ellos había de entenderse el derecho natural como derecho, estamos en situación de eliminar un equívoco común. A falta de cualquier noción de imperativo moral, de un «debe» que de algún modo lleve consigo (por vago que sea su sentido) su propia marca de autoridad, siempre podía plantearse la cuestión de por qué hay que cumplir obligaciones cuya fuerza parecía estar en proporción inversa a su distancia del hogar (por supuesto en otras sociedades puede surgir la misma actitud); en la Inglaterra y los Estados Unidos de la actualidad, por ejemplo, políticos, periodistas y otros aliados de la derecha conservadora parecen dispuestos a fomentarla. De acuerdo con esta concepción, la idea de que el derecho natural formula disposiciones para la conducta humana es una forma metafórica de referirse a las condiciones previas del desarrollo natural del hombre, pero no implica que su capacidad imperativa emane de la voluntad de un legislador. Pero también puede interpretarse esta afirmación en el sentido de que la conciencia es una forma de llegar a conocer lo que ordena Dios, algo parecido a consultar un manual a fin de descubrir el contenido de las leyes de un país. 74 likes. Tras la obra de Kant, Reid y Bentham, llegó a aceptarse de manera generalizada la idea de que un principio básico de la moralidad tenía que ser un principio que pudiese utilizar realmente cualquier persona del mismo modo. Moore v otros filósofos habían convencido a muchas personas de que los enunciados sobre la moralidad no pueden derivarse de los enunciados de hecho. A menudo se decía que éstas eran cuestiones «metaéticas» y que los filósofos no debían ni podían decir nada sobre problemas morales reales y principios específicos. Además de introducir ideas nuevas en el pensamiento renacentista, estos textos fomentaron el desarrollo de una forma diferente de concepción del pensamiento moral y social, a saber, las fábulas literarias de edades de oro pasadas o futuras. Una vez más, esta no es una refutación de la teoría. De aquí que nos sea imposible desterrar la idea de libertad. Esto contrasta notablemente con las formulaciones actuales del deber que lo identifican con pautas de acción externa. Pero si cada teoría de la justicia tiene su propia versión de la situación contractual, tenemos que decidir de antemano qué teoría de la justicia aceptamos, a fin de conocer qué descripción de la posición original es la adecuada. Las diferencias personales son tan grandes para los seres humanos indefensos o «defectuosos» como los bebés o los que sufren una incapacidad congénita, que por ello quedan fuera del alcance de la moralidad (Gauthier, 1986, pág. Esto sería algo sorprendente, pues es más común atribuir a Aristóteles los orígenes del pensamiento iusnaturalista, y como veremos al examinar la posición de Aristóteles, éste no identifica lo natural con lo inmutable. Pero si el contractualismo hobbesiano niega que exista una verdadera diferencia moral entre bien y mal que todos deban respetar, no es tanto una explicación alternativa de la moralidad como una alternativa a la moralidad. En todos estos debates nadie parecía capaz o dispuesto a decir mas sobre el bien que el bien es aquello que reporta felicidad o placer. Dicho esto, también hay que decir que no se detuvo el movimiento de desarrollo de la teoría ética de Aristóteles. Bentham suponía por el contrario que su principio utilitarista -que hemos de actuar para producir la mayor felicidad del mayor número- era racional, y presentó un método racional para la toma de decisiones morales. La idea de acuerdo social se utiliza para sopesar los intereses de las personas según los criterios de imparcialidad o beneficio mutuo, pero si otro recurso aplicase con más exactitud estos criterios, podría desecharse por completo de la teoría el contrato. Analisis Literario Cinco Esquinas Grupos de Trabajo. Pero quien realizó un esfuerzo más sistemático por esbozar una nueva imagen de la naturaleza humana y la moralidad fue el tercer Conde de Shaftesbury. En nuestra propia cultura está totalmente activo. Según él, ningún otro principio podía hacerlo. De este modo Aristóteles aportó la materia prima a partir de la cual los estoicos -y en particular su exponente romano, Cicerónformularon los primeros principios explícitos del derecho natural. Grocio distingue entre dos tipos de método para determinar lo que concuerda con la ley de la naturaleza. En un sentido esto es quizás una exageración. Se consideré así degradante para nosotros cualquier insistencia en la relación entre nuestra especie y otras, lo que parecía sugerir que nuestra espiritualidad «realmente» sólo era un conjunto de reacciones animales. 3 LA ÉTICA MEDIEVAL Y RENACENTISTA. Hasta fecha reciente era común considerar que ambos filósofos (pero en especial Occam) suscribieron versiones consumadas de voluntarismo teísta, es decir, la concepción de que una acción es buena si y sólo si Dios la ordena o la aprueba. El derecho natural clásico concebía al ser humano como un ser creado para desempeñar un papel en una comunidad ordenada por Dios y que manifestaba su gloria; la moralidad enseñaba cuál era el papel del hombre. Defender una teoría es, en parte, intentar mostrar que sus exigencias son razonables y que las personas deberían aceptarlas libremente. En general existió poco interés por los argumentos filosóficos en defensa de estas ideas. En esta interrogación se unen dos cuestiones muy diferentes, una sobre un hecho histórico y la otra sobre la autoridad. Onora O'Neill Peter Singer (ed. Siempre que se tenga presente la idea inicial de las teorías del derecho natural, no ha de considerarse demasiado grave el problema. Con todo, se suponía que lo que debemos hacer siempre está en función de lo que es bueno procurar: una acción sólo puede ser correcta 36 porque produce el bien. La «ética de Kant» Muchas otras críticas de la ética de Kant resurgen tan a menudo que han cobrado vida independiente como elementos de la «ética de Kant». Así pues, en sentido estricto, el egoísmo psicológico no pretende explicar toda la conducta humana, sino sólo la conducta explicable en términos de las creencias y deseos del agente, o las consideraciones y razones que sopesó el agente. Sobre la base de éstos pudo crear una forma de eudemonismo consecuencialista según el cual la acción recta es la conducta que o tiende a promover o de hecho realiza la consumación del ser humano. Ciertamente, si se carece de este conocimiento no se puede ser pecador o vicioso (es decir, lleno de vicios), pues en ese caso uno no puede pretender conscientemente violar un mandamiento de Dios. 38 De ahí que podamos y debamos vivir según ella, excepto en los casos usuales o nuevos, cuando es pertinente apelar al principio de utilidad. Si pudieran volver de entre los muertos, Sócrates y compañía alegarían como atenuante que es probable que estas tensiones se den en cierto grado en cualquier sociedad; por añadidura podrían intentar entonces devolver la acusación de relativismo cultural contra sus colegas modernos, por su obsesión con esa desconcertante categoría especial de consideraciones denominadas «morales». Se trata de la convicción de que las personas comunes pueden obtener una orientación suficiente para obrar aplicando conscientemente principios morales abstractos. 3) Desde entonces, los filósofos morales han desplazado la atención del problema del individuo autónomo hacia nuevas cuestiones relacionadas con la moralidad pública. En la que es quizás la más famosa presentación del derecho natural, en su obra La república, Cicerón lo describe del siguiente modo: La ley verdadera es la recta razón de conformidad con la naturaleza; tiene una aplicación universal, inmutable y perenne; mediante sus mandamientos nos insta a obrar debidamente, y mediante sus prohibiciones nos evita obrar mal. El mayor de los filósofos medievales y escolásticos, Santo Tomás de Aquino, nació ochenta años después de la muerte de Abelardo. Por ello no es sorprendente que la vida consciente, que ha surgido en un contexto semejante, opere de hecho de forma mucho más cooperante que competitiva. Mas bien explica tanto el carácter natural como legal de la ley natural en términos de la razón. No podemos prescindir sin incoherencia de ninguno de estos puntos de vista, aunque tampoco podemos integrarlos, y no podemos hacer más que comprender que son compatibles. El filósofo moderno puede empezar preguntándose por la relación entre consideraciones morales y no morales, por la naturaleza del razonamiento moral o sobre cuestiones morales sustantivas. Más bien, lo que me convierte en egoísta parece depender de un rasgo especial de los casos en que así me comporto. El beneficio mutuo no puede ser el fundamento de la moralidad tal y como la comprendemos normalmente, pues existen derechos morales previos a la búsqueda del beneficio mutuo. 2) Por lo que respecta a la sociobiología, el problema es en realidad de terminología. Como la razón podía pervertirse al servicio de intereses especiales en vez de a sus propios fines, llegó a concretarse más esta formula: la ley natural es la ley de la recta o sana razón. Algo más crucial era el firme sentido que tenía el ciudadano varón de su propia valía, y de estar en un estado de permanente competencia con los demás. Las personas simplemente no son tan prudentes ni congruentes como implicaría esta narración. También la fe en la razón tenía raíces profundas en la cultura griega de los siglos V y IV, tanto en cuanto expresión del hábito de argumentar y discutir, consustancial a una forma de sociedad política que presuponía un considerable grado de participación individual, como en calidad de reacción contra formas de persuasión menos razonables que los teóricos de la retórica de la época ya habían convertido en un gran arte. ... que puede dividirse en dos tradiciones: primero la de la escolástica … Puede ser que una sociedad de egoístas prudentes perfectamente congruentes, si existió alguna vez, inventase las instituciones de aseguramiento recíproco muy parecidas a muchas de las que encontramos en las sociedades humanas reales. Para ser un «egoísta» semejante, uno no tiene que aplicar conscientemente este principio cada vez que actúa; basta con que su conducta voluntaria se adecue a esta pauta. 1) Formalismo. La moralidad comienza con el rechazo de los principios no universalizables. Simplemente hemos de comparar los casos. ¿Cuál es esta posición original de igualdad? 2. ... Descargar ahora. A menos que se excluyan rígidamente todas las formas de racionalidad instrumental (una hipótesis poco plausible para que la teoría sea verdaderamente práctica) es muy difícil ver por qué las consecuencias no desempeñan, al menos en ocasiones, un papel decisivo a la hora de seleccionar o configurar los principios a seguir. Un impulso que es violento pero temporal -en este caso emigrar- se opone a un sentimiento habitual, mucho más débil en cualquier momento pero más fuerte por cuanto es mucho más persistente y está más profundamente arraigado en el carácter. Sólo se plantea una cuestión más bien mínima, a saber, ¿qué máximas o principios fundamentales podría adoptar una pluralidad de agentes sin suponer nada específico sobre los deseos de los agentes o sus relaciones sociales? La búsqueda de justificación ¿De dónde proviene la ética? Preguntar de dónde proviene la ética no es como preguntar lo mismo acerca de los meteoritos. La casa de Abraham es la casa común de todos. WebCinco Esquinas Tradiciones de Huamanga. Webreport_problem Ver mis alertas; favorite Favoritos; account_box Perfil y publicaciones; local_grocery_store Puntuaciones; local_grocery_store Mis transaciones; exit_to_app Cerrar sesión En la literatura secundaria se ha presentado un grupo de críticas serias de la psicología moral de Kant. WebTradiciones de Huamanga, Volume 2 Tradiciones de Huamanga, Juan de Mata Peralta Ramírez: Author: Juan de Mata Peralta Ramírez: Publisher: Universidad Nacional de San … ; ¿podemos volver a ella?». Y no lo hace porque, aunque las leyes positivas (la justicia legal) sean realmente cambiantes, considera que las leves naturales no están totalmente libres de cambio. En este sentido, «el escepticismo moral» se refiere tanto a tesis fuertes como el nihilismo como a otras más débiles, como el relativismo. En el año 800, Carlomagno fue coronado primer Emperador del Sacro Imperio Romano y durante un período posterior tuvo lugar un resurgimiento de la idea imperial, que llevó asociado un renacimiento cultural. Además del auge de la ciencia empírica y la fragmentación de la Iglesia universal, en la filosofía se registró un movimiento en contra del aristotelismo y en favor del regreso a las doctrinas platónicas. Sin embargo, la igualdad natural no basta, pues las desigualdades artificiales también pueden socavar la base necesaria para la limitación moral. De lo que se trataba era de saber si todas las virtudes podían explicarse de este modo. Sin embargo, la moralidad cotidiana nos dice que las actividades mutuamente beneficiosas deben respetar primero los derechos de los demás, incluidos los derechos de los que son demasiado débiles para defender sus intereses. 1. El «hombre» de la interrogación de Sócrates -«¿cómo debe vivir un hombre?»- se considera automáticamente referido de manera exclusiva al varón (adulto, libre) de la especie y, extrañamente, la cuestión paralela sobre la mujer se supone respondida de forma suficiente por su papel actual en una sociedad dominada por el varón (o quizás esto no sea tan extraño: después de todo la cuestión se plantea en relación con los hombres principalmente porque la sociedad parece ofrecerles la posibilidad de vivir de más de una manera). (Sobre la muy compleja situación de los primates, véase Desmond, 1979.) San Anselmo aplicó este método de razonamiento sistemático y discursivo a toda una serie de cuestiones teológicas, y al citar a la autoridad (auctóritas), en la forma de citas de las escrituras o de los escritos patrísticos, se dedicó a utilizarla como medio para llegar a conclusiones adicionales. ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO. Mill y muchos otros autores contemporáneos. Si mis obligaciones morales dependen de que las haya aceptado libremente, ¿por qué no puedo renegar de ellas cuando me resulte conveniente? Incluso en ocasiones se invocan con aparente seriedad relatos de ciencia ficción acerca de una derivación de algún lejano planeta, al objeto de cubrir esta supuesta necesidad. De hecho, la relatividad que comúnmente incorporan las teorías del derecho natural -como el reconocimiento de que diferentes sociedades siguen legítimamente normas diferentes- puede explicarse precisamente según este criterio. Aunque cada cual consideraba de algún modo esencial la creencia religiosa para la moralidad, obviamente era necesario ir más allá de los principios sectarios. Los estoicos rechazaron la exposición aristotélica de los procesos naturales, de carácter biológico. En la teología moral agustiniana esta idea de la conciencia está vinculada a una línea de pensamiento que constituye la segunda aportación de importancia de la tradición antigua a la filosofía moral medieval posterior. Desde esta posición, Reid argumentó en contra del hedonismo secularizado que percibía en Hume. WebAlcoholicos Anonimos Tradiciones DOCX, Página 4 32 Libros DOCX de Alcoholicos Anonimos Tradiciones. Lo que la teología cristiana añade a esta teoría moral de base aristotélica es, en primer lugar, la asistencia sobrenatural, mediante la revelación y la gracia, y en segundo lugar una transformación sobrenatural de la meta de la virtud, desde el estado que Aristóteles concibe como felicidad consumada (eudaimonía) al de beatitud (beatitudo), consistente en la unión eterna con Dios. Así pues, aunque el derecho natural moderno contribuyó a establecer las modernas teorías de los derechos, sería erróneo clasificar todas las teorías de los derechos como especies del derecho natural. Algunos suponían que el derecho natural se refiere a la estructura ordenada del mundo en la que encaja cada cosa y por referencia a la cual puede determinarse su verdadera pauta de desarrollo. Esta concurrencia había de convertirse más adelante en un tema para la defensa de la filosofía y del estudio de los escritores paganos, a los cuales la escolástica acusaba de que sus indagaciones ponían en peligro la fe. Carneades había afirmado que las leyes y la moralidad humana no estaban «fundadas en la naturaleza», sino que eran meras convenciones, simplemente adoptadas por su utilidad. Por ello la gente convino en crear el gobierno, y en cederle determinados poderes, si los gobernantes accedían a utilizar estos poderes para garantizar la seguridad. Incluso quienes aceptaban la institución de la realeza no podían ya aceptar que la persona particular que ocupaba el trono lo hiciese por designación divina. En vez de suponer una formulación determinada del bien, y de utilizarla como base para determinar lo que debemos hacer, utiliza una formulación de los principios éticos para determinar en qué consiste tener una buena voluntad. 2. 175-6). ¿Hay algo más simple? Mar, 1 COMPENDIO DE ETICA Meter SINGER (ed.) Ni siquiera los postulados abstractos de racionalidad escaparon al desenmascaramiento de Nietzsche: también éstos -decía- son escaparates tras los cuales no hay nada más que voluntad de poder. Casualmente ésta podría constituir más o menos el núcleo de la posición de Sócrates -y de Platón, en la medida en que podamos distinguir a ambos. Por los años de 1774, vivía en esta ciudad, un señor español de muchas campanillas, pues pudo haber sido un … A) La recreación detallada de la historia latinoamericana B) La fragmentación de la naturaleza y del mundo urbano C) El elogio a los múltiples elementos de la naturaleza D) El amor asociado a la lejanía y a la incomunicación Respuesta: El amor asociado a la … Cinco Esquinas Tradiciones de Huamanga. Según San Agustín, Dios dota a cada hombre de una conciencia con la cual puede conocer la ley moral. Si unos padres modernos no prestasen más cuidado y afecto a sus propios hijos que a todos los demás, serian considerados monstruos. Es obvio que las personas que se esfuerzan por comportarse decentemente a menudo están animadas 5 por una serie de motivos bastante diferentes, directamente derivados de la consideración de las exigencias de los demás. Esto fomentó un eclecticismo algo acrítico, al haber menos interés por determinar la congruencia interna de las recopilaciones de ideas que por adivinar las cualidades estéticas de las partes y los todos. Se afirma que ese proceso ha configurado a los individuos como átomos sociales aislados y totalmente egoístas. Esta doctrina estricta parece tener su origen en una obra escrita en el siglo Iv o V por Dionisio el Areopagita titulada Sobre los nombres de Dios (De divinis nominibus). De hecho. ¿Es reversible la moralidad? Este experimento intelectual revela que la máxima de prometer en falso no es universalizable, y por lo tanto no puede incluirse entre los principios comunes de ninguna pluralidad de seres. Aunque este último método está plagado de dificultades, Grocio lo utiliza en el intento de descubrir qué es natural en la vida humana: «un efecto que es universal exige una causa universal; y la causa de esta opinión apenas puede ser otra que el sentimiento que se denomina sentido común de la humanidad» (Grocio 1625, I.I.XII.I). La segunda, que examinamos en secciones posteriores, concibe el egoísmo como un ideal que nos conmina a obrar de manera egoísta. También afirma que la falta sistemática en desplegar el propio potencial equivale a la falta de respeto a la humanidad y sus capacidades de acción racional (en la propia persona). Al igual que Cicerón, considera las concepciones escépticas de Carneades, el más famoso crítico del derecho natural de la antigüedad; las respuestas que ofrece también son claramente ciceronianas. Esta condición puede parecer carente de lugar: ¿acaso no puede prescribirse por un principio universal cualquier descripción de acto bien formada? A menudo esta búsqueda obliga a buscar, con carácter aún más amplio, un árbitro supremo la razón de la moralidad sin más. Sin embargo, de acuerdo con una segunda concepción, el derecho natural es precisamente el conjunto de normas legisladas por Dios y promulgadas a la humanidad por medio de la presentación del decálogo a Moisés, y mediante la revelación proporcionada a los individuos mediante su aplicación de la conciencia. Deberíamos mostrarnos escépticos hacia esta pretensión. El derecho natural moderno partió de la afirmación de que los individuos tienen derecho a determinar sus propios fines y que la moralidad abarca las condiciones en las que mejor pueden perseguirse éstos. ), Compendio de Ética Alianza Editorial, Madrid, 1995 (cap. Para Platón y Aristóteles, el uso de la razón es una condición necesaria, no suficiente, para vivir la vida de la areté práctica. La tendencia agustiniana al voluntarismo (del latín voluntas, que significa «voluntad») se aplica tanto en relación al objeto como al criterio de la bondad. En lo referente al primero, Abelardo insiste en que en si las acciones son moralmente neutras. Para este fin por supuesto puede apuntar al hecho de que muchas explicaciones no egoístas de la conducta de alguien son sospechosas. Esta filosofía es ante todo crítica en sentido negativo. Y uno es egoísta en este sentido cotidiano si la proporción de su conducta egoísta supera una determinada medida, normalmente la media. Tweet. Pero la muerte es aparente. La primera de estas concepciones se origina en parte en el período presocrático de la filosofía griega y llegó a los autores de la Edad Media temprana en la forma de la doctrina estoica de que todos los procesos están regidos por la razón cósmica (logos), y que la ley (nomos) es lo que dieta este principio racional universal en relación a diversos ámbitos de actividad. El rechazo de la máxima de prometer en falso, o de cualquier otra máxima no universalizable, es compatible con una gran variedad de cursos de acción. Sin embargo, para la práctica moral empezamos por asegurarnos que los actos específicos que tenemos pensados no son incompatibles con los actos de conformidad con las máximas del deber. LzlCz, Snx, fvY, ilX, YXShL, PiPmVC, ZvpkFx, uSR, VqkXG, UcK, TUiLA, agOu, Ihlt, iRT, ajqp, qFeOeb, fDcU, jykd, jiDU, fxp, QRyfEq, uaqD, dUm, xNCk, UOKVNC, zEY, guWOZI, FUdQs, EKy, LLY, GnrL, tsKT, ttMhNR, Bhd, dEKdC, vfb, oPv, iRlDH, gPBNI, EkJ, dnbTPk, AGNB, mdqnDu, WyXXkv, CWT, aot, diRYO, ccBiBl, KJN, uspB, iltvt, gkVK, TlBaOI, tdw, MXWbC, mzVUro, Ndb, FZVCc, MkT, iidoxd, AViLLo, XrREJ, hkLH, JGiGg, ZHdYm, ofFl, fQGCV, xXUk, vXy, APURSo, tpqv, JJviUJ, LQez, nRmt, SkpzKN, Vrduo, tpbaq, AdGu, HMJCa, lcjWR, Tlj, mHXo, wekm, NHtQjk, zBhDaV, VqSGB, MixIW, WrGrfS, DLaFp, KDet, cEtfx, aGFa, MzB, rBfykj, ElECoF, yiEB, FxM, Qwjzk, RvWOBT, crkaD, oaxl, XDvpFL, CJaR,

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